22 marzo 2012

Desempolvando el cajón de las recomendaciones: Southland.

Escrito por | El 22 marzo 2012 | 0 comentarios

Si algo bueno tiene que un año sea tan malo, televisivamente hablando, es que después de empezar y abandonar muchas de las series nuevas, te queda tiempo para empezar alguna de esas que tienes guardadas en el cajón de las recomendaciones.

Entre todas esas series aparcadas escogí dos, una ya finalizada hace años y otra que se encuentra en su mejor momento. Deadwood y Southland. Hoy hablaré de la segunda, la última que he empezado a ver y que me está sorprendiendo gratamente.

Esperaba encontrarme con un procedimental policíaco al uso, pero Southland es mucho más que eso, de hecho la parte procedimental comparándola con otras series es mínima. Sí, hay homicidios, investigaciones y detenciones, pero sirven como mera excusa para dibujar los problemas personales y laborales de los personajes y como éstos afectan su día a día. Además de mostrar las miserias de una gran ciudad sin apenas presupuesto para cubrir los casos y donde el racismo y la separación de clases quedan perfectamente reflejadas en la actitud de la ciudad a la hora de hacer frente a según que crímenes.


Tenemos a Ben (Ben McKenzie- The OC) un novato de buena familia con un oscuro pasado que se nos irá desvelando con el paso de los capítulos. A su instructor Cooper (Michael Cudliz- Hermanos de Sangre), enigmático, duro y con problemas de salud. A dos detectives anti-bandas Sammy (Shawn Hatosy-Alpha Dog) y Nate (Kevin Alejandro-True Blood) con problemas familiares  y a Lydia (Regina King-24) una detective de homicidios acostumbrada a dar ordenes  y llevar los pantalones en el trabajo. Hay muchos más personajes que van apareciendo y todos con problemas que humanizan a este grupo de policías.

Lo mejor de la serie son los personajes, sus tramas personales, su originalidad para ser una serie policíaca y el estilo con el que está filmada. Empezando la mayoría de sus capítulos con un Flashforward y una voz en off que te mete en la trama del capítulo de una forma muy buena. Y filmda por momentos con un estilo de falso documental con cámara al hombro que la hace muy atractiva visualmente. Los efectos además son  muy buenos recordándome al Heat de Michael Mann en cuanto a que todo parece muy real, no en vano su creadora, Ann Biderman, ha trabajado con el director.


En la minúscula parte negativa esta el problema que tiene la serie con la duración de las temporadas. Siete capítulos la primera, seis la segunda, diez la tercera y también diez la cuarta que acaba de finalizar en USA. Y digo problema porque en las dos primeras temporadas se echa en falta un poco más de desarrollo en los personajes, demasiado coral para tan pocos capítulos. Algo que se soluciona en la tercera centrándose más en las parejas protagonistas. Que pasase de la NBC (Abierto) a TNT (Cable) también ha hecho que la serie mejore mucho en su realismo y tramas.

Una gran serie, muy recomendable.

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