Cuando Paul Abbot (Shameless, State of Play) se embarca en un nuevo proyecto no se anda con chiquitas, si además el proyecto es para una cadena de cable, su vena más transgresora y politicamente incorrecta fluye libremente. Así nos llega Hit And Miss, su nueva creación junto a Sean Conway para Sky Atlantic, una miniserie de 6 capítulos que, ya desde el inicio nos muestra que tonterías las justas. La serie está protagonizada por Chloe Sevigny (Big Love) y Karla Crome (La veremos en la 4ª de Misfits). Otra actriz estadounidense que se suma a la lista de, cada vez más actores y actrices (El próximo será Jeremy Piven), que cruzan el atlántico para hacer uno de esos personajes que difícilmente podrían hacer en la televisión de su país natal. Y este personaje dará mucho que hablar o haciendo el chiste facil: traerá cola...
Porque en Hit And Miss, Sevigny, interpreta a Mia, un asesino a sueldo transexual. Una especie de Leon, El profesional con pechos, de Nikita Tranny, uno de esos personajes que no te dejarán indiferente y eso que después de verla practicando sexo oral en una de sus ultimas películas parecía difícil. La historía sigue a esta asesina a sueldo, solitaria, poco sociable, que un día recibe una carta del único amor que tuvo, contándole que sufre un cancer terminal y que tienen un hijo en común, Ryan, de once años del que no conocía su existencia. La historia a partir de ese momento se transforma en una especie de Western Crepuscular, con algún toque de Shameless. Donde la vida de Mia Cambiará al intentar hacerse cargo de su hijo y del resto de los hijos que su antigua pareja dejó. Como les sucedía a los anti-héroes de aquellos westerns el recibimiento, tanto por parte de la familia, como por parte del pueblo, no será ni mucho menos el deseado.
El personaje de Mia me recuerda en muchos aspectos al Leon de Jean Reno tanto en su vida personal como profesional: El encargado de ofrecerle los contratos, la forma de ejecutarlos, lo rutinario de su personaje y sobre todo, lo perdido que se encuentra, cuando esa rutina cambia y debe hacerse cargo de su hijo de once años, de una casa gobernada por unos adolescentes y de los problemas que irán surgiendo con la convivencia, tanto en la casa, como con los habitantes del pueblo de Yorkshire donde viven. a todos estos cambios se une su doble vida y como afectará ésta a la larga en su nueva vida familiar. Algo muy interesante que seguro la serie explotará.
Veremos como sigue, pero de momento me ha encantado la historia. El personaje de Sevigny es muy bueno, de premio, con esa dualidad moral que todo buen asesino televisivo debe tener. Paul Abbott junto al guionista Sean Conway vuelve a conseguirlo una vez más, no cayendo en la sensiblería que podría ofrecer la serie. Mostrando una miniserie dura, transgresora pero con sentido, y con unos personajes que pueden tener mucho recorrido durante los seis capítulos de los que consta. En una mala temporada de estrenos, siempre podemos encontrar refugio en la televisión británica y sus series. Muy recomendable. Por cierto Chloe Sevigny con un estilista que no la odie como el de Big Love, luce mucho.
El personaje de Mia me recuerda en muchos aspectos al Leon de Jean Reno tanto en su vida personal como profesional: El encargado de ofrecerle los contratos, la forma de ejecutarlos, lo rutinario de su personaje y sobre todo, lo perdido que se encuentra, cuando esa rutina cambia y debe hacerse cargo de su hijo de once años, de una casa gobernada por unos adolescentes y de los problemas que irán surgiendo con la convivencia, tanto en la casa, como con los habitantes del pueblo de Yorkshire donde viven. a todos estos cambios se une su doble vida y como afectará ésta a la larga en su nueva vida familiar. Algo muy interesante que seguro la serie explotará.
Veremos como sigue, pero de momento me ha encantado la historia. El personaje de Sevigny es muy bueno, de premio, con esa dualidad moral que todo buen asesino televisivo debe tener. Paul Abbott junto al guionista Sean Conway vuelve a conseguirlo una vez más, no cayendo en la sensiblería que podría ofrecer la serie. Mostrando una miniserie dura, transgresora pero con sentido, y con unos personajes que pueden tener mucho recorrido durante los seis capítulos de los que consta. En una mala temporada de estrenos, siempre podemos encontrar refugio en la televisión británica y sus series. Muy recomendable. Por cierto Chloe Sevigny con un estilista que no la odie como el de Big Love, luce mucho.
Me ha encantado y desde leugo que los creadores no se han cortado un pelo. Sevigny hace un papelon casí sin hablar.
ResponderEliminar@Toni Sí, la miniserie está muy bien, ayer vi el segundo capítulo y sigue por el buen camino. Sevigny como dices está de nota sólo con las miradas.
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