17 febrero 2013
The Walking Dead Season 3: Bajón de nivel para el regreso de la tercera temporada.
Despues de unos meses de parón, con marcha de showrunner incluida (ya no es noticia en AMC), regresaba el pasado Domingo The Walking Dead con la segunda tanda de capítulos de la tercera temporada. Y la verdad es que, aunque vuelve batiendo récords de audiencias, no ha sido el gran capítulo que esperaba, y más cuando en la primera parte de la temporada habían conseguido aunar todo lo bueno de la serie: La acción y el desarrollo psicológico de los personajes.
No es que sea un mal capítulo, está por encima de la media, pero no era todo lo que esperaba para el regreso de The Walking Dead. Lo más interesante ha sido ver como la serie sigue marcando los paralelismos y diferencias entre los dos grupos y sus lideres, y como a partir de ahora, sin sus manos derechas, están más perdidos que nunca.
De The Governor ya habíamos visto que no estaba muy católico que digamos, y ese ataque aún lo ha vuelto más chiflado, sí cabe. A Rick por su parte, con cada perdida, se le va un poco más la cabeza. Primero Shane, Luego Lori y ahora Daryl. Parece que eso no durará mucho, porque Andrea parece dispuesta a ocupar un lugar clave en el pueblo, y Tyrese parece que hará lo mismo al lado de Rick. Sólo falta saber cuándo se producirá el choque y cuáles serán las lealtades de todos estos personajes cuando se enfrenten con sus antiguos compañeros.
Los zombies ya sabemos que son una mera excusa para las tramas, como sucedía en Survivor con el virus, y llegados a este punto de la temporada esperamos con ganas ese esperado enfrentamiento entre el #TeamPrison y el #TeamWoodbury, con los zombies como meros espectadores de lujo esperando las sobras de la carnicería. Veremos qué pasa en el capítulo de esta noche...
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