The Americans. Erase una vez en América...

Para los que tenemos cierta edad y crecimos viendo, entre otras muchas cosas, películas de espías de los años ochenta tenemos en The Americans una gran serie para rememorar aquellos tiempos. Años en los que Reagan estaba en el poder y la maquinaria propagandística occidental se centraba en poner sobre aviso al ciudadano americano sobre los peligros del comunismo y sus agentes encubiertos. Así nacieron películas como No hay Salida (Kevin Costner), Amanecer Rojo (Patrick Swayze), las películas de James Bond, que dejaban a Spectra a un lado y se centraban en La KGB y los rusos, pero sobre todo, la que quizá más se parezca a The Americans sea Espías sin Identidad (River Phoenix).

La serie nos muestra una pareja de agentes del KGB viviendo en en un barrio residencial de clase media de Washington DC. Allí llevan una vida tranquila junto a sus dos hijos, siendo la perfecta pareja americana que lleva brownies de bienvenida a los nuevos vecinos. Pero cuando suena el teléfono y se oyen una palabras incomprensibles para el resto de mortales, se ponen en marcha y se convierten en los agentes del KGB al servicio de la madre Rusia.

Como toda familia los Jennings desayunan Pancakes con sirope.

Me ha encantado el piloto, no sólo tiene ese punto a thriller de las películas ochenteras de espías, también nos muestra los problemas de este matrimonio, digamos de conveniencia, cuando la misión en la que trabajan no sale como se les ordena. Y es que una de las claves de la serie es la buena sintonía que tiene la pareja protagonista, Keri Russell (Felicity) y Mathew Rhys (Cinco Hermanos). Ella una fiel patriota que antepone todo a la misión, y él un marido enamorado de la vida americana y de su familia que piensa seriemante en desertar y netregarse a los americanos. El distanciamiento en la pareja se acentúa aún más cuando su nuevo vecino resulta ser un agente de contra-espionaje del FBI. Algo que pone en alerta a la pareja y que aflora aún más esos sentimientos dispares que tienen.

La serie está perfectamente ambientada, con referencias a las modas y noticias de la época, incluido un guiño a Marathon Man, thriller por excelencia de aquellos años. La música, la fotografía y la oscuridad recuerda mucho a esas películas de los ochenta y ambientan la serie perfectamente. Las tramas de espionaje están muy bien, las operaciones y infiltraciones son creíbles, pero quizá lo que más me haya gustado de este primer capítulo sea la trama familiar de esta pareja de espías rusos, y como están en constante tensión para no descubrir su tapadera.

Keri Russell y Matthew Rhys: Luces y sombras.

Lo que menos me ha gustado es el exceso de Flashbacks, no sé, quizá ya esté saturado de verlos por doquier y aunque sean para apoyar la trama principal del capítulo me sobran algunos de ellos. Aunque lo peor es la entrada en escena del personaje de Stan (Noah Emmerich), el nuevo vecino de la pareja y agente de contra-espionaje del FBI. Y es que presentarse a unos desconocidos con su cargo es algo que, a mi modo de ver, además de ser poco creíble es una forma de quemar mucha de la trama que podría habernos ofrecido este personaje y quizá de restarle algo de emoción. Tal y como se cierra el capítulo esa forma de mostrar todas las cartas sobraba.

Rhys con Noah Emmerich, su nuevo vecino.

The Americans tiene un piloto muy bueno y efectivo, de los mejores que he visto en tiempo. Buena ambientación, buena música y una fotografía que muestra perfectamente esa separación entre la vida pública de la pareja y su secreto. Muy recomendable para todos, pero sobre todo para los amantes de las películas y series de espías. Me la quedo, y eso que todavía no ha entrado en escena Margo Martindale.